fischer215_Mostafa AlkharoufAnadolu via Getty Images_tel aviv iran attack Mostafa Alkharouf/Anadolu via Getty Images

La guerra de Gaza se globaliza

BERLÍN – Con el ataque iraní de drones y misiles sobre Israel la noche del 13 de abril, la guerra en Oriente Medio ha adquirido una nueva dimensión. Por años, el conflicto entre Irán e Israel había sido una “guerra en la sombra” en la que ambos bandos evitaban ataques militares directos en territorio del otro. En su lugar, el conflicto llegaba subrepticiamente a las calles de Teherán con asesinatos de científicos e ingenieros nucleares iraníes y en áreas asoladas por la guerra como Siria, el Líbano, Yemen y Gaza. En estos puntos calientes, el llamado Eje de la Resistencia -compuesto por Hizbulá (en el Líbano), Hamas (en Gaza) y los hutíes (en Yemen)- recibe un amplio apoyo en la forma de dinero, armamento y entrenamiento iraníes.

La actual guerra comenzó el 7 de octubre de 2023, cuando Hamas lanzó un ataque sobre Israel que se cobró 1200 vidas y 253 rehenes. Pronto Israel contratacó y desde entonces la guerra en Gaza ha estado activa. Como resultado de la campaña de las Fuerzas de Defensa de Israel para eliminar a Hamas de una vez por todas, han sido asesinados más de 30.000 palestinos y el enclave ha sido prácticamente demolido.

A pesar de estos horrores y de las apabullantes condiciones que hay en Gaza, la guerra es el capítulo más reciente de un sangriento conflicto en que israelitas y palestinos han estado trabados por el mismo territorio en los casi últimos 80 años. En contraste, el ataque directo de Irán a Israel representa algo nuevo. Lanzar un ataque desde territorio iraní, en lugar de hacerlo por alguna de las organizaciones militantes intermedias, es invitar a las represalias sobre el país mismo. El régimen iraní debe de sentirse muy seguro de sí, o está bajo una enorme presión para demostrar su fuerza, incluso si eso significa una “guerra abierta” no solo con Israel sino con los Estados Unidos.

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