LONDRES – La actual escalada de múltiples crisis simultáneas -desastres climáticos, una pandemia, una guerra en Europa y la estanflación- está intensificando la ansiedad y la incertidumbre en todo el planeta. Las soluciones usuales ya no funcionan. Los políticos cuentan con pocas respuestas convincentes. Las instituciones existentes están sobrecargadas. La civilización global está a punto de sufrir una gran transformación sin precedentes.
Cada uno de los cinco sectores fundacionales que definen una civilización -energía, transporte, alimentos, información y materiales- está pasando por una rápida transformación tecnológica. Sus cambios señalan el ocaso de los sectores extractivos hoy dominantes, que están entrando en un proceso de muerte económica, augurando un mayor desempleo, una desigualdad más profunda y el aumento del descontento social.
Pero este “cambio de fase global” está también sentando las bases de un nuevo ciclo de vida civilizacional. Las disrupciones tecnológicas que apuntan a mitigar el cambio climático afectan tres sectores fundacionales -la energía, el transporte y los alimentos- que, en su conjunto, representan el 90% de las emisiones globales de gases con efecto invernadero.
LONDRES – La actual escalada de múltiples crisis simultáneas -desastres climáticos, una pandemia, una guerra en Europa y la estanflación- está intensificando la ansiedad y la incertidumbre en todo el planeta. Las soluciones usuales ya no funcionan. Los políticos cuentan con pocas respuestas convincentes. Las instituciones existentes están sobrecargadas. La civilización global está a punto de sufrir una gran transformación sin precedentes.
Cada uno de los cinco sectores fundacionales que definen una civilización -energía, transporte, alimentos, información y materiales- está pasando por una rápida transformación tecnológica. Sus cambios señalan el ocaso de los sectores extractivos hoy dominantes, que están entrando en un proceso de muerte económica, augurando un mayor desempleo, una desigualdad más profunda y el aumento del descontento social.
Pero este “cambio de fase global” está también sentando las bases de un nuevo ciclo de vida civilizacional. Las disrupciones tecnológicas que apuntan a mitigar el cambio climático afectan tres sectores fundacionales -la energía, el transporte y los alimentos- que, en su conjunto, representan el 90% de las emisiones globales de gases con efecto invernadero.